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VIRAL: PARODIA SOBRE LA BAJA EXIGENCIA EDUCATIVA

Por Eduardo Gargiulo
Coincidente con el comienzo de un nuevo ciclo lectivo en la provincia, esta semana en los grupos de whatsapp de maestros y profesores puntanos se compartió masivamente un spot ciertamente gracioso, que grafica el modo en que se han ido flexibilizando las normas para que los estudiantes pasen de año.
La parodia tiene como protagonista al supuesto directivo de un establecimiento educativo, quien se comunica telefónicamente con la madre de Kevin, uno de sus alumnos, para saber por qué no ha ido al colegio, teniendo en cuenta que adeuda varias materias.
Más allá de lo que se piense al respecto, lo cierto es que en correspondencia con la crisis económica y social de nuestro país, las escuelas lentamente han ido incorporando un rol que excede y mucho su propia naturaleza, en cuanto a centros de enseñanza. Desde hace años se acumulan evidencias de las que el Estado trata de dar cuenta, pero con escasos resultados.
Es así como en la actualidad los establecimientos educativos se han convertido en verdaderos ámbitos de contención de miles de adolescentes atravesados por realidades a menudo dramáticas, en las que se mezclan las penurias económicas, la fragmentación familiar, la violencia y los consumos problemáticos, sólo por nombrar algunas de aquellas.
En este marco, en no pocas oportunidades los directivos y los propios docentes se sienten empujados (cuando no obligados) a priorizar la permanencia del alumno y el “logro de los objetivos”, aunque el esfuerzo para alcanzar los mismos no lo justifique. La razón esgrimida es simple de entender: mientras el joven esté en la escuela se encuentra contenido; si repite, lo más seguro es que se frustre y abandone el sistema, pasando a la marginalidad.
Formulada esta explicación, para que nadie interprete que se está efectuando una crítica al sistema educativo sin poner en contexto el drama social que atravesamos, lo invito a disfrutar esta divertida parodia. Por eso de «mejor reír que llorar…».
Un consejo: no busque chivos expiatorios. No eche culpas. Se trata de una tragedia que nos atraviesa como sociedad, de la cual todos somos un poco responsables.