Se trata de Pablo Fernando González, el funcionario que ganó triste notoriedad en las últimas horas, al ser grabado por el diputado Joaquín Beltrán, en el marco de la causa por el vaciamiento del Complejo Molino Fénix y la Casa de la Música.
Apuntes de San Luis publicó este domingo al mediodía un informe especial, dando cuenta de las características del diálogo mantenido la semana pasada entre el ahora ex funcionario y el legislador, que tuvo notable repercusión en ámbitos políticos y judiciales.
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Ocurre que en la grabación González aparece como queriendo disculparse con Beltrán, diciendo que a él lo obligan a ratificar la denuncia, pero que no tiene nada personal con su interlocutor. También se desliga de todo lo actuado y refuerza que lo suyo son los negocios en el ámbito agropecuario.
El audio provocó un estallido de furia en el seno del oficialismo, al instalar la sospecha de que la causa podría responder a una persecución política.
Tres fuentes diferentes confirmaron a este medio, luego de publicarse la nota, que el gobierno ya le aceptó la renuncia a Pablo González y su cargo por ahora permanece vacante.
Este empresario de 33 años, nacido en Río Cuarto, podrá de ahora en más destinar toda su energía a la empresa que inauguró en 2015, El Sembrador, dedicada a la venta de maquinaria agrícola e insumos para el agro, con la que hace negocios mucho más rentables que el sueldo que percibía como funcionario público.
Por estas horas, no se cansa de prometerle a sus amigos: “Te juro que nunca más me meto en política, perdí plata y encima me quemé como un boludo…”.
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