Los excesos del wokismo son revertibles desfinanciándolos, sobre todo cuando se comprueba que quienes los han difundido no han dudado en financiarlos ampliamente.
Por Jaime Correas *
“Para Stevenson el mal no consistía esencialmente en la licencia sexual o en el alcoholismo. Para él el mal consistía ante todo en la crueldad gratuita”.
Jorge Luis Borges, “Curso de literatura inglesa en la Universidad de Buenos Aires.
Alguna vez Borges escribió: “Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson”. Se refería con admiración al autor de la inquietante novela “El Dr. Jekyll y Mr. Hyde” (1886). En diciembre de 1966, en las aulas de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA, el profesor Borges analizó frente a sus alumnos la vida y la obra de Stevenson y reveló a su auditorio un aspecto sutil: “El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde tiene una desventaja, y es que la historia es tan conocida que casi todos la conocemos antes de leerla. En cambio, cuando Stevenson publicó El extraño caso del Doctor Jekyll y el Señor Hyde… lo publicó como si fuera una novela policial: sólo al final sabemos que esos dos personajes son dos caras de un mismo personaje”.
La obsesión de Stevenson era separar el bien del mal en los seres humanos y, por supuesto, su preocupación estaba centrada en el mal. Quería evitarlo. El germen del argumento del cuento fue una pesadilla. Cuando la mujer del autor lo despertó mientras él gritaba horrorizado la amonestó enojadísimo: “¿Por qué me has despertado? Estaba soñando un dulce cuento de terror.” La señora Stevenson contó que su marido le reveló que transitaba la escena de la primera transformación. Se refería a la primera vez que el amable Dr. Jekyll se convierte en el abominable Mr. Hyde, producto de una operación debida a su ciencia médica a través de la elaboración de un brebaje. La fina lectura de Borges apuntaba a mostrar que cuando el libro fue publicado, y su argumento no era tan conocido, debía transcurrir la trama para que sobre el final se develara que el bueno y el malo eran una misma persona. Hasta ese momento, para el lector virginal había dos seres paralelos. Sólo en el remate se determinaba que eran uno solo. Una trama policial perfecta y asombrosa.
El Dr. Jekyll, obsesionado por separar el bien del mal, toma una pócima que lo transforma en Hyde, alguien cruel y violento que incluso llega al asesinato. Esta dualidad en una misma persona es lo inquietante del argumento, sobre todo porque se muestra que es imposible contener el mal cuando se lo pone en marcha. Ese es el drama del bueno de Jekyll. El libro se sigue leyendo hoy con enorme goce, aún, como apunta Borges, sabiendo de antemano que ambos personajes son uno solo.
Hace unos días el diario económico alemán “Handelsblatt” se refirió al presidente argentino referenciándolo a la novela de Stevenson: “A los amantes de la literatura, la presentación de Javier Milei les recordó al Dr. Jekyll y Mr. Hyde. En la novela, del siglo XIX, un médico muestra una personalidad profundamente disociada. El miércoles por la tarde, el presidente argentino mostró un detallado balance, con cifras, de los notables éxitos de sus reformas, estuvo abierto a recibir preguntas e incluso hizo autocrítica. Al día siguiente, en cambio, se presentó en la sala de congresos de Davos como feroz líder de una lucha cultural. En su discurso de 30 minutos, dijo que tenía una tarea mucho mayor que reformar el país sudamericano, crónicamente asolado por la crisis. Explicó, en un español acelerado, que debía entrar en detalles para dejar claras algunas cosas sobre la importancia del cambio cultural global. Describió la ideología ‘woke’ como la gran epidemia de nuestro tiempo que hay que curar, como un ‘cáncer del que debemos deshacernos’. El término ‘woke’ es utilizado por políticos de derecha como Milei para criticar los intentos de muchas sociedades occidentales de aplicar políticas de justicia social, diversidad y antidiscriminación. (…) Los aplausos tras este golpe de efecto ideológico fueron discretos. La noche anterior, las cosas habían sido muy distintas. En una mesa redonda organizada por la agencia Bloomberg, Milei había sido celebrado con entusiasmo como un presidente reformista exitoso”.
En estos días está muy agitado el debate alrededor de las redes sociales. Buena parte de lo que sucede y provoca tanto desconcierto se debe al modo en que ellas difunden los sucesos. Se suma al debate lo que sin suceder también tiene amplio impacto en la sociedad. No sólo las llamadas “fake news”, que son un caso extremo, sino la amplia difusión que permiten escalar hasta casi el infinito noticias que no son falsas pero difunden falsedades. El discurso chirriante del presidente Milei en Davos fue amplificado hasta el hartazgo con la ayuda de su amigo Elon Musk por la red X, que el megamillonario compró perdiendo plata porque sabe de su penetración.
También en estos días está teniendo mucho impacto la irrupción, todavía en pañales según anuncian los expertos, de la Inteligencia Artificial. Son tantas las novedades, que se producen numerosos malentendidos y disfunciones. Daría la impresión de que es ahí donde se está dando una real batalla cultural y no tanto en esas discusiones efímeras sobre la cultura “woke”, que han atrapado la atención presidencial inducido por algunos de sus asesores culturales y por un clima global. En definitiva, los excesos del wokismo son revertibles desfinanciándolos, sobre todo cuando se comprueba que quienes los han difundido no han dudado en financiarlos ampliamente y están perdiendo elecciones en todo el globo. Otra cosa muy distinta es ir contra temas realmente culturales que son los que espantan a esos asesores presidenciales, como la diversidad sexual o derechos y protecciones de minorías que se han consagrado en los últimos año.
Las dudas y las trabas con que Milei leyó en Davos (los alemanes lo vieron como un “español acelerado”) muestran que es un tema ajeno, que le llega redactado. Y no hace más que crearle problemas. La explicación es bastante simple. Como sugiere la publicación germana muchas veces cuando Milei habla de economía en general (hay excepciones recientes) es Jekyll, recibe preguntas y se autocritica. Pero cuando avanza en lo que llama “la batalla cultural” se transforma en mister Hyde.
La página “Cenital” publicó una columna del científico Sebastián Ciria que lo explica con claridad: “En su reciente discurso en el foro de Davos, el presidente Javier Milei, aliado de Trump y entusiasta defensor de Musk, desplegó una serie de acusaciones propias de la discriminación y la ignorancia-como asociar a la homosexualidad con la pedofilia- que se amplificó en las redes con notable contundencia. Quise saber qué decía Grok (la IA de Musk) sobre ese discurso de Milei: ‘La asociación entre homosexualidad y pedofilia no tiene respaldo empírico ni científico-cita varios estudios que no conocía- y es profundamente prejuiciosa’. Grok también subrayó la contradicción: ‘Esta asociación perpetúa mitos y estigmas oponiéndose directamente al principio libertario de la libertad individual al sugerir que ciertas identidades personales o estilos de vida son inherentemente criminales o inmorales’. Grok refuta a Milei, pero Musk lo repostea. Es posible arriesgar que Grok es ya más sabio que Musk. La máquina ha superado a su creador y no ha perdido la humanidad que algunos seres humanos parecen haber perdido”.
Es muy interesante el análisis, sobre todo en tiempos de alarmas sobre las catástrofes que estas nuevas tecnologías están ocasionando y pueden ocasionar. Este es un claro ejemplo de uso virtuoso, donde la IA sirve de contrapeso de las redes sociales y su catarata de falsedades.
En estos últimos días Milei pareció volver a desarrollar sus dualidades de personalidad. Publicó en “La Nación”, es su faz Jekyll, una columna técnica, donde no transitan ni “econochantas”, ni “mandriles”, ni “ensobrados” sino que desarrolla sus ideas sobre el tema del presunto atraso cambiario advertido por algunos economistas. Pero horas después de la publicación arremetió contra Domingo Cavallo, uno de los economistas que le dio siempre su apoyo y al que había tratado como “el mejor ministro de economía de la historia argentina” y lo tildó de “impresentable”. No contento con eso, en su faceta Hyde recargada, echó a la hija del ministro de Menem de la embajada en la OEA.
En ese clima, para intentar salir del laberinto de Davos, invitó a Roberto Piazza y su marido, Walter Vázquez, a comer en Olivos. Piazza, íntimo amigo hace cuarenta años de la pareja del presidente, Yuyito González, es un ícono gay. Fue abusado por su propio hermano varios años mayor durante su infancia, quien también abusaba de su hijo al que el diseñador ayudó a denunciar. A raíz de su caso y el de su sobrino fue el impulsor de un cambio en la ley penal argentina para que los delitos sexuales sean imprescriptibles. Se la conoce como la “ley Piazza”. Lo más significativo es que envalentonados con el discurso de Davos algunos soñaron con avanzar en una agenda retrógrada, como dar marcha atrás en el agravamiento del femicidio. Algo que después de la cena con Piazza parece haber retrocedido.
Tanto la reacción contra Cavallo, como el apelar a la figura de Roberto Piazza, son dos signos profundos de debilidad. La debilidad suele desatarla el miedo, que es el peor enemigo. A pesar de que algunos analistas creen ver, sobre todo en el despido de Sonia Cavallo, un meditado método de disciplinamiento. Estos hechos dejan en carne viva malas reacciones presidenciales cuando se descubre en falta o equivocado o, mucho peor, cuando tiene dudas frente a alguien al que tiene en consideración. El primer caso es su discurso en Davos y el segundo, el atraso cambiario. Mientras la inflación sigue cayendo y las noticias económicas son positivas queda claro que la verdadera batalla cultural es la sanidad económica y la cruzada de desregulaciones de la economía más regulada del mundo, no los delirios medievales de un grupo de trasnochados.
El conjunto de dislates suizos son producto de la ideología de un entorno muy cercano a Milei (se los puede ver en YouTube disertando) que cree que la historia se puede retroceder y retornar a los viejos y felices años cuando era más parecida a su agrado. La diversidad sexual, los temas de género, los derechos civiles cambiaron y es imposible ir para atrás. Son cambios culturales profundos ya aceptados por la mayoría. Porque están bien, son correctos. Lo incorrecto es el uso político indigno que hace el wokismo para su propio provecho de valores positivos de la humanidad. Eso es otra cuestión muy distinta. De allí que asociar homosexualidad con pedofilia no fue un error, es una certeza horrenda de quienes escribieron ese discurso. La desgracia es que el presidente hizo suyas esas palabras. ¡Qué buena hubiera sido la foto con Piazza y Vázquez sin el discurso de Davos y como una simple reunión de amigos! Porque, como pensaba Borges de Stevenson, el mal no reside en lo que algunos consideran desviaciones sino en la crueldad gratuita. El poder la disimula mientras se lo detenta. El miedo acecha y es un potente motor de equivocaciones.
PD: finalizada la redacción de esta columna se produjo el episodio del tuit presidencial en favor de una estafa con criptomonedas. Milei borró lo dicho y se disculpó en su faz Jekyll: “no estaba interiorizado de los pormenores del proyecto y luego de haberme interiorizado decidí no seguir dándole difusión”. A renglón seguido el costado Hyde agregó: “A las ratas inmundas de la casta política que quieren aprovechar esta situación para hacer daño les quiero decir que todos los días confirman lo rastreros que son los políticos, y aumentan nuestra convicción de sacarlos a patadas en el culo”. Apareció otra vez el miedo por haber quedado off side. Sería bueno que su cara Jekyll se interiorizara también de lo que llama “la batalla cultural”. Quizás podría hacer como con Roberto Piazza y hablar con quienes puedan aportarle visiones distintas. Menos redes y más inteligencia artificial, pero sobre todo humana, son imprescindibles para que los cambios culturales positivos tengan éxito y no se los lleven puestos los errores alarmantes que se repiten sin tregua.
………………..
* Ex director general de Escuelas de Mendoza. Miembro de la Academia Argentina de Letras. Periodista. Ex director de Diario UNO y escritor.
(Columna publicada este domingo en Mendoza Post)
Mas noticias
POR EL MOMENTO, 15 FUERZAS POLÍTICAS ACOMPAÑAN A POGGI PARA EL 11 DE MAYO
CaMbAlaShe PoLítIkO
MOTOSIERRA: RÁNKING DE LAS PROVINCIAS QUE MÁS AJUSTARON, CON SAN LUIS Y FORMOSA A LA CABEZA