26 julio, 2024

EL GOBERNADOR ESCUCHÓ LOS PESARES Y DEMANDAS DEL SECTOR DE LA DISCAPACIDAD

El gobernador, Claudio Poggi, escuchó de primera mano de parte de representantes de unas 50 organizaciones los problemas que atraviesan para atender una demanda creciente, entre los que están los bajos aranceles que pagan las obras sociales, las dificultades para conseguir transporte y la falta de acompañantes terapéuticos en los colegios.

El mandatario estuvo acompañado por el titular de la Secretaría de Personas con Discapacidad, Luis Giraudo, y personal de su cartera, durante la reunión que se realizó en la tarde del sábado en Terrazas del Portezuelo.

La primera reacción de padres, docentes y directivos de entidades dedicadas a atender la discapacidad fue de sorpresa. Hacía mucho que un gobernador no se sentaba mano a mano con ellos, a escucharlos sin interrumpir, anotando prolijamente cada pedido, cada queja, cada ruego. Porque no se trata de simples profesionales dedicados a una tarea enorme como es la de tratar de mejorarles la calidad de vida a chicos y grandes con problemas que van del autismo al retraso madurativo, de la discapacidad motora a los problemas mentales profundos. Son padres angustiados, maestros que se entregan en cuerpo y alma, directivos que hacen malabares porque la plata no alcanza y entonces no saben si van a poder comenzar el año con los centros de día abiertos.

Entonces, Claudio Poggi, recordó que fue en 2012, cuando tuvo su primera oportunidad de dirigir los destinos de San Luis, quien creó el Consejo Provincial de Discapacidad, un ente fundamental que la gestión que dejó el poder en diciembre fue desinflando hasta dejarla morir. Ahora el Primer mandatario se mostró decidido a reflotarla “con la ayuda de todos ustedes”, le dijo al nutrido auditorio que llenó el Salón Blanco, deseoso de contarle sus pesares y sus alegrías con una cercanía que no conocían, ni imaginaban.

Entonces el desfile de personas que tomó el micrófono y tuvo sus tres minutos estipulados se acercó a las 50. Y pasó María Belén Concia, del Ceatri, una kinesióloga que pintó el panorama desolador del interior provincial. “No hay profesionales y es muy caro para esas familias venir a tratarlos a la capital. Tenemos que derivarlos a tiempo y que Dosep tenga un código de estimulación temprana”, pidió. Las quejas por la atención de la obra social estatal, inflada de manera irresponsable por el gobierno anterior al triplicar el tamaño del Estado, se iban a repetir durante la tarde.

Pamela Guardia, del Centro Integral Terapéutico, alertó sobre “prestar atención a los procesos de integración educativa, porque hay profesionales sin formación pedagógica. Y no se abren cargos de profesores de educación especial, además de que los sueldos de los acompañantes terapéuticos son insuficientes”. A su turno, la representante de la Fundación Pappo Balagué, donde están armando una ludoteca, pidió apoyo del Estado, “pero no traducido en plata, sino en capacitaciones. Nosotros si contáramos con beneficiarios del Plan de Inclusión podríamos crecer de manera instantánea”, dijo.

Como estas profesionales, muchas además mamás de chicos y grandes con discapacidad, fueron las que contaron sus historias de luchas, fracasos y satisfacciones. Hablaron de que la inclusión educativa se debe trasladar al secundario; del desfasaje en los pagos de las obras sociales, lo que hace deficitaria la atención debido a la inflación que no da respiro; el bajísimo arancel que autorizan esas obras sociales para el transporte; del bullying que tiene a San Luis como una de las provincias donde el flagelo pega duro; de la accesibilidad que va más allá de una rampa y debería incluir la capacitación docente; de que salud y discapacidad deben ir de la mano, por ejemplo, en materia de psicopedagogía, una especialidad que se asocia más a la educación.

Así pasaron las tres horas de confesiones, pedidos y agradecimientos, que luego pasarán a las oficinas correspondientes para que la burocracia vaya retrocediendo a manos de políticas públicas de corto y largo plazo, para que la discapacidad, que en San Luis tiene rango ministerial, lo que es toda una rareza, tenga la contención que quienes la sufren merecen.

COMPROMISO

“No pude pasar una mejor tarde de sábado que junto a ustedes, porque yo tengo vocación de servicio, aprendí a escuchar, a empatizar. Es la mejor forma de definir una política pública”, les dijo el gobernador, Claudio Poggi, cuando le tocó cerrar el encuentro realizado en Terrazas del Portezuelo.

Esa política pública a la que se refirió es una dedicada exclusivamente a la discapacidad: “Lo voy a hacer de la mano de ustedes, que conocen los problemas del día a día. Vamos a perforar la burocracia para resolverlos, lo vamos a hacer en materia de salud, de educación, de seguridad, de deporte, de trabajo y de todo tipo de barreras que nos traben”, les prometió.

Y no le esquivó el bulto a las quejas que una gran mayoría tuvo sobre la relación con Dosep. “Lamentablemente hoy en San Luis somos ‘Dosep dependientes’, debido a que se triplicó el tamaño del Estado en los últimos ocho años. Con ese tema me voy a meter en profundidad, pero sobre todo tiene que crecer el sector privado, que es el que da trabajo genuino y aporta a otras obras sociales”, aseguró Poggi, quien terminó con uno de sus famosos ‘Nunca Más’.

“Nunca más la política partidaria en materia de discapacidad, nunca más un intendente, un concejal o un legislador pidiendo algo a cambio de ayudarlos. Si les aparece alguno, me lo dicen y se va de la función pública”.

 

 

 

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