Por Eduardo Gastón Mones Ruiz *
En un artículo, de la sección Ideas, del diario PERFIL del domingo 21/04/24, bajo el título “CARA ES LA IGNORANCIA”, Rodrigo LLORET, politólogo, doctor en Ciencias Sociales, director de PERFIL EDUCACIÓN, expresa, entre otras cosas, lo siguiente:
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“La principal universidad pública argentina es la Universidad de Buenos Aires (UBA).
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“El estudio realizado por la consultora británica Quacquarelli Symonds sobre 1.500 universidades de todo el mundo, determinó que la UBA se ubica este año en el top 50 y escaló posiciones en todas las temáticas: Antropología (24), Derecho (26), Ingeniería del Petróleo (26), Sociología (40) y Diseño (46)
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“La UBA, además, tiene una relación directa con los cinco Premios Nobel que obtuvo Argentina. Carlos Saavedra Lamas, graduado, docente y rector de la UBA, fue el primer latinoamericano en ganar un premio Nobel en 1936 por la mediación en la guerra del Chaco”.
Tuve el honor de conocerlo personalmente en un tranvía, en un viaje efectuado a principio de la década de los `50 del siglo pasado, en la ciudad de Buenos Aires, porque mi papá lo reconoció y me dijo: “Vení hijo, te voy a presentar el primer premio Nobel de Argentina”. Recorrimos unos pocos metros dentro del transporte y -saludándolo con respeto- pidió permiso para presentar a su hijo. Con suavidad, notable educación, una sonrisa comprensiva y alegre, con marcada humildad, me estrechó la mano, agradeció nuestra actitud y deseó un futuro venturoso para mi vida. Era un señor no muy joven, de barba muy cuidada y de traje con chaleco. Demás está decir que quedó marcado a fuego en mi memoria, era un niño de alrededor de 8 años.
Otro fue Bernardo Houssay, quien dirigió el Instituto de Fisiología de la Facultad de Medicina de la UBA y realizó estudios que le valieron el primer premio Nobel de Medicina para América Latina en 1947.
A su turno, Luis Federico Leloir, quien formó parte de la escuela de Houssay y se especializó en metabolismo de los hidratos de carbono. En 1970 obtuvo el premio Nobel en Química.
En la lista hay que sumar a César Milstein, quien realizó estudios en el Instituto de Ciencias Químicas en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de UBA y recibió en l984 el Nobel de Medicina, por su investigación para el diagnóstico clínico de muchas enfermedades, entre las que se encuentran algunos tipos de cáncer.
Cuatro años antes, en 1980, Adolfo Pérez Esquivel obtuvo el Premio Nobel de la Paz por su defensa de las Derechos Humanos durante la última dictadura argentina. Pérez Esquivel dirige desde el regreso de la democracia una cátedra sobre Derechos Humanos en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA.
Lloret concluye: “Para entender la dimensión de lo que se avecina, es necesario escuchar a Houssay: “Los países ricos lo son, porque dedican dinero al desarrollo científico y tecnológico. Los países pobres lo siguen siendo porque no lo hacen. LA CIENCIA NO ES CARA, CARA ES LA IGNORANCIA.” Así termina la nota, que sugiero leer en forma completa.
Imbuido de esos argumentos y fundamentos irrebatibles, que hago míos in tótem, para finalizar, tengo la necesidad intelectual, el irresistible impulso, de agregar: Por la dirección que se percibe pretenden seguir. Así lo indican eventualmente, las últimas acciones del gobierno central.
La UBA, como hermana mayor -calidad que define lo expresado anteriormente- de todas las Universidades Públicas Nacionales, debe constituirse en celosa e infranqueable defensora de todas y cada una de nuestras Casas de Altos Estudios, resguardando su carácter público, gratuito, inclusivo y de calidad. Con la inclaudicable decisión que solamente inspiran las grandes, nobles y justas causas de la comunidad.
* Escribano, egresado de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales – Universidad Nacional del Litoral.
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