Como ya ha sucedido en otras áreas, tal el caso de la Zona de Actividades Logísticas, en las últimas semanas estarían produciéndose algunos “ruidos” en la Dirección de Infraestructura Hídrica y Energética del gobierno provincial, que funciona bajo la órbita del ministro de Hacienda e Infraestructura, Néstor Ordoñez.
Esa área está a cargo de Corrado “Rudy” Comastri, una persona de estrecha confianza del ministro.
Según trascendió, en la mesa chica de Terrazas existiría cierta preocupación por el modo en que se estarían manejando ciertos procedimientos administrativos, en torno a la realización de numerosas obras de infraestructura, muchas de las cuales “casualmente” terminan dirigidas hacia los mismos proveedores. Algunos de estos estarían vinculados con el matrimonio Villegas-Molina, quienes ocupan estratégicos cargos.
Por caso, María Celia Molina en la Subdirección de Infraestructura Energética, en tanto que Villegas en Energía San Luis.
Las empresas más favorecidas, que figuran al tope del ránking, serían Carranza y Tecnoredes.
Según la fuente consultada, por el momento esta situación no ha escalado más allá del círculo cerrado de algunos funcionarios, a quienes empleados de carrera les han advertido sobre las consecuencias que podría tener que “tanto favoritismo” salte en una auditoría o merezca observaciones de parte del propio Tribunal de Cuentas de la provincia.
En el entorno del gobernador ya estarían anoticiados de estas irregularidades (por llamarlas de algún modo) y dispuestos a adoptar medidas, para evitar que cualquier escándalo con olor a corruptela pueda salpicar la imagen de la nueva gestión.
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