26 julio, 2024

DEJAME UN TÍTULO: “SILVINA GALETTO, A LAS CORRIDAS”

La Viceintendenta reconoce que a veces le cuesta “seguirle el ritmo al intendente” Maximiliano Frontera. “Cuesta un poco, trato de acompañar a Maxi en su agenda. A veces me sale mejor y a veces peor, pero también tratando de marcar una agenda propia del Concejo Deliberante, que no es fácil, porque hay que trabajar la reinstitucionalización de la figura de la viceintendenta presidiendo el cuerpo”.

En términos de la relación política con la oposición, que en otros momentos fue tumultuosa, admite que en estos momentos “hay una estabilidad en la gobernabilidad, que tiene que ver con acuerdos, articulaciones, negociación, diálogo y construcción de consensos”.

Por provenir del ámbito académico (UNSL), no oculta en que la adaptación a las lides político-partidarias le cuesta “a diario”, pero asume que “la dinámica del Concejo Deliberante la aprende todos los días, con un trabajo muy cercano con todo el personal administrativo, de consulta permanente”, en el que se respalda.

“A veces no tener ciertas credenciales te desacredita”, dice en referencia a no compartir ciertos códigos propios de la política.

Durante la entrevista con “Dejame un título”, casi en tono intimista, Silvina Galetto acepta las críticas y las asume como “un aprendizaje” que la ayuda a crecer.

Consultada su opinión sobre el gobierno nacional y particularmente Milei, reafirma ser “muy respetuosa del voto popular, porque la democracia es el mejor sistema que hemos conseguido y que debemos cuidar”, aunque aclara que el resultado de la elección no siente que la represente. “No fue mi elección. Me preocupa un montón. Ojalá la esperanza de todos los que votaron a este gobierno, no termine siendo la desesperación de muchos”, sentencia.

Claramente tiende a quebrarse cuando la entrevista discurre hacia la esfera familiar y la manera en que compatibiliza su entrega a la función pública, con el rol de mujer y mamá. Allí aparecen Camilo (12) y Amanda (9), sus hijos. “Es un ejercicio complicado, no es fácil”, y confiesa que por ello este año decidió “volver a terapia, buscando ayuda” para superar las presiones.

Casi como una anécdota, rememora un episodio que atravesó recientemente con su hijo, cuando éste le reprochó: “¿Podés no mandar audios mientras te estoy contando algo? Y fue un cachetazo… porque vos decís, tenés razón, disculpame”, contó mientras sus ojos se llenaban de lágrimas con el solo recuerdo.

Justamente por esa tensión permanente en que navega, entre las obligaciones públicas y las responsabilidades como madre, que trata de no desatender, a la hora de dejar un título se define en tercera persona: “Silvina Galetto, a las corridas”.

 

 

 

 

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