Con un duro discurso, la ministra de Seguridad, Nancy Sosa, repasó el lamentable estado en el que encontró el Instituto Superior de Seguridad Pública, criticó a la gestión anterior porque “formó recursos humanos sin el menor sentido del lugar que van a ocupar” y le pidió a la Justicia que “camine la calle y sienta el dolor de las víctimas”.
La ministro de Seguridad, Nancy Sosa, no anduvo con vueltas a la hora de calificar el estado en el que encontró el edificio del Instituto Superior de Seguridad Pública (ISSP) cuando asumió: “Lo dejaron con fallas estructurales graves, sin que funcionen las cloacas, problemas eléctricos, falta de agua, cuestiones que necesitan obras de mayor envergadura. Debemos ser honestos en esto. Solo el 40% de este edificio está en condiciones de funcionamiento. Heredamos la desidia y la desinversión de años, sumado a la hipocresía de formar recursos humanos sin el menor sentido del lugar que van a ocupar, sin la comprensión de los sacrificios y la entrega que exige la función policial y penitenciaria”.
Sin bajar el tono, le dio un fuerte respaldo a los agentes en actividad y quienes pretenden serlo a través del estudio. “El mayor capital que poseen las instituciones son sus recursos humanos. Sin ellos no existe la posibilidad de ninguna política pública que nos conduzca a buen puerto. Formar es transformar el pensamiento y la acción, es mostrar y trabajar por una visión común, la seguridad de la comunidad. Esta ha sido mi casa durante mi formación como policía. Aquí conquisté desafíos nuevos, descubrí la importancia de la responsabilidad y la repercusión de cada una de las acciones, el sentido de entrega por el otro. En el estandarte resuenan tres palabras que nunca olvidé. Fe, estudio y disciplina”, continuó.
Sin nombrarla, también tuvo palabras para la gestión anterior: “La libertad es muy valiosa, pero nada tiene que ver con el libertinaje y con alentar conductas que destruyen un orden social. Sí, el alcohol, la droga, los excesos, el ser garantista es un discurso muy simpático que ha destruido la confianza en la Justicia y ha limado el accionar de las fuerzas de seguridad. Yo no creo en la mano dura, no la promuevo, no la comparto. Creo en la responsabilidad social, en el respeto por el prójimo y en una justicia que demuestre interés por reparar, acortando los plazos y siendo eficiente según el daño, con la víctima, no con el victimario”.
Otro poder del estado, el Judicial, también recibió un mensaje claro de Sosa. “Necesitamos una Justicia que camine la calle y sienta el dolor, la desesperación y la angustia que significa ser víctima. La víctima es una sola, la que sufre el daño. Quien lo causa no es la víctima, es un delincuente. No hay que confundirse con teorías fracasadas que buscan sostener una grieta. Quien sale a robar con un arma sale a matar, aún cuando tenga 17 años y hasta tanto no repara el daño, no puede permanecer en su casa. Debe estar en un lugar que le permita recapacitar. Hoy la policía de la provincia insume más de 30 recursos humanos a diario para custodiar a jóvenes en conflicto con la norma por disposición de la Justicia. Están en sus casas, en hospitales, en centros de salud, dejando a los vecinos sin protección y las calles sin prevención. En causas recientes y en otras que llevan más de dos años, hago un llamado a los legisladores, a las instituciones intermedias para trabajar en el abordaje de estas problemáticas, para realizar las modificaciones en las normativas vigentes, porque de lo contrario cada vez habrá menos agentes en las calles”.
La ministro también lanzó un plan anual de entrenamiento para el personal policial y penitenciario en servicio activo, que permitirá que todos los efectivos concurran al ISSP a lo largo del año para realizar un entrenamiento específico que abarcará la atención a la comunidad, el manejo y cuidado de los patrulleros y la práctica de tiro con sus armas reglamentarias. “Nuestra policía debe recuperar el sentido del trabajo. No están acá para mirar para otro lado, están para cuidar a los ciudadanos y evitar que se produzcan las acciones delictivas. Deben comprender que los viejos paradigmas de funcionamiento están obsoletos, han fracasado y que en ustedes está el poder de policía para proteger a sus conciudadanos. No podemos esperar resultados diferentes haciendo siempre lo mismo”, les dijo Sosa.
Y aunque reconoció que esos mismos agentes “también fueron arrastrados por ideologías de las que nunca debieron ser parte, son responsables por permitir que la semilla de las ambiciones personales creciera en forma desmedida sobre la única semilla que debe regarse, que es la de la rectitud, la honorabilidad y la entrega en el servicio. Quien tenga dudas de lo que debe ser un policía no puede seguir en estas filas”.
Sosa les aseguró que completo respaldo del Gobierno y del ministerio de Seguridad, “siempre que breguen por el cuidado de cada sanluiseño para combatir a quienes dañan la sociedad y enferman a nuestros jóvenes. No teman en actuar, háganlo sabiendo que nos encontrarán respaldándolos. Es fundamental en esta coyuntura que vivimos no oír a los sectores que aturdieron con su silencio en estos ocho años que pasaron y que hoy quieren distraernos con sus murmullos. Debemos escuchar a los ciudadanos que eligieron un cambio, hartos de los atropellos, hartos de la utilización del miedo disciplinador, hartos de vivir encerrados mientras los delincuentes están sueltos. Hartos de ver cómo se robaban el Estado. Es enorme el desafío”.
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