La tensión apareció en medio de la discusión por un artículo referido a la aplicación de tasas a la industria tabacalera. En el centro de la polémica por los impuestos internos a los cigarrillos está Pablo Otero, el denominado “Señor Tabaco”, dueño de Tabacalera Sarandí.
La Cámara de Diputados aprobó la incorporación a la ley Bases el capítulo referido a los impuestos al tabaco. Fue por 82 votos a favor, 77 en contra y 69 abstenciones. En la maratónica sesión de este martes, también se avalaron modificaciones en otros capítulos, como el de la reforma laboral, las privatizaciones y cambios en el régimen de jubilaciones.
Al momento de realizar la votación se generó una polémica entre los diputados por la incorporación del capítulo, donde hubo fuertes cruces y acusaciones entre los distintos bloques, lo que demoró la votación. Juan Manuel López (Coalición Cívica) presentó el proyecto, que no estaba incluido en el dictamen general y precisaba mayoría especial, y los oradores posteriores -Agost Carreño, de Hacemos Coalición Federal, y Karina Banfi, de UCR- acordaron en su tratamiento.
Inmediatamente, Santiago Santurio (La Libertad Avanza) pidió la palabra y solicitó “tratar estos temas en las comisiones”, provocando el murmullo generalizado en el recinto. Germán Martínez (Unión por la Patria) también intervino antes de la votación, señalando que “nos traen a los empujones para votar este proyecto”, coincidiendo con el legislador libertario.
El rechazo generalizado al proyecto fue por parte del PRO y La Libertad Avanza. La posición peronista se dividió entre aprobaciones y abstenciones, aunque esta última fue la posición predominante y la que explica los 69 votos neutrales. El radicalismo y Hacemos Coalición Federal votaron -con pocas excepciones- a favor y alcanzaron la media sanción.
REVÉS PARA DOS TABACALERAS QUE EVITABAN PAGAR UN IMPUESTO
Dos tabacaleras que estaban beneficiadas por una medida cautelar por la cual eludían el pago de impuestos sufrieron un revés judicial frente a un reclamo de la AFIP. Se trata de la misma ventaja competitiva que mantiene Tabacalera Sarandí, de Pablo Otero, por la cual al no cumplir con la obligación del impuesto interno sus cigarrillos se venden al público a un precio más barato, lo que le permitió ganar una mayor participación de mercado.
Desde la AFIP explicaron: “El impuesto interno a los cigarrillos grava con una alícuota del 70% su expendio; el precio sobre el que se aplica la alícuota no puede ser menor a un monto fijo que se actualiza por inflación cuatro veces por año. Al fijo se lo llama impuesto mínimo. Algunas empresas, a través de medidas cautelares judiciales han evitado pagar el impuesto sobre el monto mínimo”.
¿QUIÉN ES PABLO OTERO, EL “SEÑOR TABACO”?
En el centro de la polémica por los impuestos internos a los cigarrillos está Pablo Otero, el denominado “Señor Tabaco”, dueño de Tabacalera Sarandí. Mediante la misma medida cautelar, eludiendo el impuesto, consiguió vender su producto más barato, lo que le permitió ganar share de mercado. Factura u$s800 millones al año pero aún se autopercibe un empresario pyme.
Tabacalera Sarandí produce los cigarrillos más económicos del mercado, con las marcas Red Point, West, Master y Kiel. Como competidores tiene a los gigantes internacionales de la industria, pero tiene la ventaja de la protección del Estado desde hace años.
El lobby de Otero logró postergar el debate legislativo sobre las condiciones de mercado que lo favorecen, permitiéndole absorber aproximadamente un 33% del mercado de cigarrillos. El empresario sostiene que su compañía no debería pagar el impuesto interno mínimo a los cigarrillos porque sería injusto dada la capacidad económica de los grandes conglomerados tabacaleros en Argentina.
Desestima a aquellos que lo critican y los acusa de querer destruir la industria nacional. Sin embargo, a pesar de estas afirmaciones, su compañía no ha adquirido ni un gramo de tabaco argentino de los productores locales durante todo el año 2023, según registros de las cámaras de Salta, Jujuy y Misiones.
En un momento en que las importaciones están totalmente cerradas, Otero ha obtenido las SIRA necesarias para importar cada kilogramo de materia prima requerido para fabricar los cigarrillos.
Además, las declaraciones públicas de Otero sobre los resultados de su compañía no se constatan con las presentaciones ante la AFIP. Las cuentas no cierran. Tanto es así que el organismo tiene abierta una investigación sobre presunta evasión.
La empresa cuenta con medidas cautelares para evitar el pago del impuesto interno mínimo y ha logrado en la justicia contencioso administrativa que no se le apliquen las normas que permiten registrar los movimientos de tabaco internamente en Argentina.
Otero y su familia tienen al menos 19 sociedades en todo el mundo, con empresas constituidas en Estados Unidos, Brasil, Panamá y Saint Kitts and Nevis. Muchas de estas sociedades tienen participación de otros miembros de la familia Otero, como Adrián y Silvia Alejandra, así como de Guadalupe Saldungaray, quien se presume es su pareja.
En medio de estas operaciones comerciales, Otero enfrenta una denuncia de Luis Eugenio Guinle, presidente de la Cámara Argentina Nacional de Empresas Tabacaleras, por cohecho agravado, incumplimiento de los deberes de funcionario público, evasión y lavado de activos.
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